martes, 11 de mayo de 2010

Los últimos en este jueves poesía...




El próximo jueves 13 de mayo a las 19:30 horas tendrá lugar en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Zaragoza) el último encuentro del curso del ciclo “Este jueves, poesía”. En esta ocasión los poetas invitados son José Antonio Conde y Fernando Sarría. Este ciclo está dirigido por Ignacio Escuín Borao y patrocinado por el Vicerrectorado de Proyección Social y Cultural de la universidad de Zaragoza.




Fernando Sarría: nació en Ejea de los Caballeros, provincia de Zaragoza, y tiene 51 años. Lleva unos años escribiendo todos los días poemas e intenta reflejar las emociones que le surgen a diario. Tiene dos libros publicados El error de las hormigas (editorial Eclipsados) y otro que fue merecedor de un accésit del premio Delegación de Gobierno de Aragón, con el titulo El Alhaquín. Forma parte de la junta directiva de la Asociación Aragonesa de Escritores y dirige el ciclo de lecturas “Poesía para perdidos”. Su mundo son los blogs, tiene unos cuantos entre los que destacan: http://fernandosarria.blogspot.com/



allí tenéis muchos poemas...










José Antonio Conde Lafuente (Sierra de Luna, Zaragoza 1961). Poeta y artista plástico. Ha publicado poemas en distintas revistas de creación literaria de España e Hispanoamérica. Autor de los libros de poesía La Vigilia del Mármol (Zaragoza, Prensas Universitarias, 2003), Entre Paréntesis (Zaragoza, Lola Editorial, 2004), La diferencia que cubre la trampa (Gijón, Cuadernos Cálamo, 2008) y El ángulo y la llaga (Zaragoza, Olifante, 2009).






Poemas








FUEGO


I



Un susurro de espirales se despliega como clymenias hundiéndose en el pecho, hasta romper la constelación de la virtud.
No quiso aplacar la debilidad de los carmines. Entonces tuvo miedo, temor de crecer en la liturgia del incendio que se apresura a unir la tempestad en una boca ciega de enredaderas.



II


Despojados de amargas lozas donde aprendieron a morir los gritos, sobre nosotros aparece un manjar de trigonias, un dulce vaivén de relámpagos que fluye en el tragaluz de los collares, y se desliza hasta las regiones de la horquilla.
El fulgor se instala en los latidos del fardo, en la voracidad de los encuentros que libera los encajes de palomas y rompe las raíces de la seda.




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El hijo de la fiebre, el inútil que sin querer ha llenado de rosas la oquedad de los hipócritas,
también es digno de tener las credenciales de la primavera.

El peregrino que se desvía de la tormenta y deja una corona de aguaceros en la empalizada de los tristes,
también es digno de tener las credenciales del incienso.

El que despierta con la llamada de Ofelia y recoge sus cabellos en la orilla de la desesperación,
también es digno de tener las credenciales de la ausencia.

Todos los hijos de la alianza, a quienes vosotros no tuvisteis en cuenta en la alegría, son los príncipes del sacrificio que renacen con sus cepos.


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1 comentario:

Conciencia Personal dijo...

Estaré allá estando acá...

En la víspera, besos tus letras blancas, Monique.