Ben Clark (Ibiza, 1984). Premio de Poesía Mariano Villangómez 2001. II Premio Josep Pla, 2001. Publicaciones: Secrets d’una Sargantana (Ibiza, 2001), Solstici d’Estiu VI (Fundació ACA, 2002), Capítulo Tres (Libros del Claustro Alto, 2005), Cabotaje (Premio Arte Joven de Baleares, 2005), Los hijos de los hijos de la ira (Premio Hiperión 2006 ex aequo con David Leo García). Ha recibido la beca para jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala. Estudia y trabaja en Salamanca. Acaba de publicar Memoría en la editorial Huacanamo (Barcelona, 2009).
Poema
----------
Para Fabio
And you said “this is the first day of my life
I’m glad I didn’t die before I met you
Bright Eyes
No fue como dijiste que sería;
no hubo óxido en mi lengua ni tampoco
sentí temblar las hojas y los ojos
de los primeros rayos de este día
que fue y es y podría, sí: podría
no ser sólo otro igual que tantos otros
(la quietud de las sábanas, El Roto
recordándonos nuestra porquería).
Déjame ser feliz en estas horas
de claridad, de centro de huracán.
Y dime ¿Acaso es mar un mar sin olas?
No hay otra explicación: así lo quise,
porque sé que las cosas que vendrán
podrían ser quizá como dijiste.
==============================
Julio Trujillo: Nació en México, D.F., en 1969. Cursó la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, en la UNAM. Desde hace quince años se dedica a la edición de suplementos y revistas culturales, como la Revista Universidad de México, la Revista Mexicana de Cultura, El Huevo y Letras Libres, revista de la cual es, actualmente, Director Editorial con sede en Madrid. Ha colaborado en Vuelta, Gaceta del F.C.E., Poesía y Poética, Biblioteca de México, Cuadernos Hispanoamericanos, Rosa Cúbica, Sibila, Letras Libres y otras publicaciones. Es autor de los libros Una sangre (Trilce, 1998), Proa (Marsias, 2000), El perro de Koudelka (Trilce, 2003) y Sobrenoche (Taller Ditoria, 2005).
UNA TEMPORADA EN EL INVIERNO
Salimos del invierno como héroes,
llagados pero enteros,
mostrando sin orgullo los lugares
donde nos laceró.
Gusanos ciegos,
surgimos a la luz y su creciente tibieza.
Nos ponemos ahí para ver cómo
se nos caen las costras.
Articulamos huesos ateridos,
espabilamos el iris,
carraspeamos primero
para después emitir limpia nuestra voz.
Ahora ya podemos desdoblarnos.
Éramos una fuga al interior,
monologantes ovillos,
almas amoratadas y centrípetas.
Podemos ya reconocernos
y tocarnos.
Podemos, animales, querernos largamente
con la lengua.
Exactamente qué, no lo sabemos,
pero aprendimos algo
en la espesura,
se dilató nuestro ojo de pensar.
Dejamos una piel
y acaso un mapa
para cuando volvamos a rizarnos
rumbo al uno.
(Bipolar. Valencia: Editorial Pretextos, 2008).
1 comentario:
Espero que sea una tarde de éxito para los dos.
Siempre digo lo mismo, pero es cierto, también me gustaría estar.
Besos.
Publicar un comentario